Como agremiado a un sindicato docente me permito definir que las generalizaciones dañan las instituciones y los sindicatos son instituciones. el sindicato del que formo parte desarrolla una aguerrida defensa de los derechos y la dignidad docente hace décadas sin que esto haya cambiado con el cambio de los gobiernos. la lucha se desarrolló con los gobiernos que se alternaban y se sostuvo hasta el presente más allá de que algún dirigente pudiera tener afinidad político partidaria. nos encontramos ante amenazas que no son nuevas pero que si adquieren una enorme potencialidad ante la demonización y descalificación de todos los sindicatos argentinos. esto puede ocasionar enormes daños a la clase trabajadora si se avanza sobre sus derechos sin una representatividad con legitimidad social. seguramente no voy a cambiar tu forma de ver las cosas con este comentario. el sindicalismo tiene que ver tambien con la realidad de cada persona, hay personas que no conocen lo que significa la representación gremial, pero la misma se transforma en una herramienta para los asalariados ante situaciones de total desigualdad en la relación de fuerzas patronales con los trabajadores. de ninguna manera voy a negar la existencia de corrupción sindical o de ciertos sistemas “monárquicos” en algunos sindicatos, pero esto no significa que todo el sindicalismo esté involucrado en actos de corrupción. Observo un panorama de gran complejidad para la clase trabajadora, ya se está viendo en los convenios colectivos de trabajo o en la falta de los mismos en algunos sectores, como precisamente ocurre en el sector docente que se flexibiliza el trabajo asalariado. No es la única amenaza. Mañana se reúne el gobierno nacional con gobiernos provinciales para plantear la “armonización del sistema jubilatorio” de algunas provincias que aún mantienen sus cajas de jubilaciones provinciales. No será la primera vez que viene la nación con la intención de quedarse con esta caja, hemos resistido a todos los gobiernos anteriores y lo seguiremos haciendo, esta es la escencia del sindicalismo, no se trata de partidos políticos, se trata de modelos políticos, y si dejamos que los modelos políticos los impongan sin nuestra voz nos van a pisotear.
Los trabajadores asalariados alzamos la voz desde nuestras organizaciones gremiales.
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