martes, 22 de mayo de 2012


Giran las agujas del reloj Europeo. Reloj impuesto. Y al revés giran. Giran al revés de la tierra, al revés de la luna, al revés del sol y de todo el cosmos. Y al revés gira todo lo que nos imponen. Las implacables agujas que se clavaron en nuestra historia, como las espadas y los cuchillos, los dientes de los perros, las lanzas de los primeros invasores. Ha llegado el tiempo de saber y el tiempo de reconocer la historia propia. Llamado ancestral de identidad. No se si tengo sangre charrúa, guaraní o guaycurú. No se si tengo sangre africana del Congo o Angola. Pero se que soy el mestizo americano con sangre de razas de acá y de allá. Ha llegado el tiempo de hablar del reloj, porque no es un reloj que nos marca el tiempo por venir, el nuevo tiempo. El reloj impuesto es una cuenta regresiva.

Palabra... Cuanto valor!!! Cuantos juegos de palabra viví en mi infancia!!! Al punto de aprender que la palabra Se entregaba como contrato escrito y firmado. Fui creciendo con la idea, pero se fue desdibujando Cuando aquel que hizo una promesa, no cumplió y a medida que crecía, la palabra se fue haciendo cambalache: da lo mismo… las palabras ya no hacen... justicia hegemonía igualdad burocracia democracia revolución lucha Es gratis el uso del aire para proclamar las palabras y todos hacemos uso de ellas... En los verborrágicos discursos, las palabras como puñales de un habilidoso cirquero, se entierran en la nada del sinsentido. La palabra no es solo decir como me siento Y tampoco es solamente comunicación La palabra es decisión, es compromiso... Pero si de comunicación hablamos, La palabra, además es silencio Si se trata de escuchar y construir