lunes, 30 de mayo de 2016

Anibal Sampayo

Los dos caminos

Una vez, siendo muchacho
diva por un callejón
cuando di con otro criollo
solitario como yo.
Emparejamos los fletes
picó un chala y convido
le pregunté pande diva
pa cualquier lau contestó.
Me dió en pensar aquel hombre
sin un rumbo, que se yo
y aquel -"Total pande vaya
nunca via servir de pión"-
Y aunque han pasau muchos años
siempre recuerdo aquel mozo
pucha yo era tan muchacho
pa haberle hablau deste modo.

Buenas tardes aparecero,
que dice, pa donde va;
de ande van estos caminos
uno aquí y otro pa allá.
Esta orqueta es el destino
que parte al camino en dos
aquel va pa la derecha
y este rumbo al corazón.

Si endererieza pa aquel lado
va a topar con un palacio
con muchas luces y lujos
que siguro ande marearlo.
El dueño es un estanciero,
según dicen senador;
pueso que cuentan los piones
solo allí sena el patrón.

Tiene lavia el desmadrau
de a poco lo irá sobando
igual que palo e sortija
pa que dentre por el aro.
te dirá que la virtud,
es la honradez y el trabajo
y que el cielo puso a unos
arriba y a otros abajo.
y que el cielo puso a unos
arriba y a otros abajo.

Que unos son aves pal campo
y otros bueyes pal arau
que ansina unos vuelan alto
y otros andan arrastrau.
Que unos huelen a perfume
y otros gieden a sudor,
pueso hay mucho olor a rico
y pobre mucho hedor.

Que siempre hay que conformarse
con lo que dios nos ha dau
que unos nacen con estrellas
y otros nacen estrellau.
En cambio este otro sendero
lo va llevar pa un costau
ande hay muchos hombres juntos
sin chambo pa un desbolau.
Allí crecen las espigas
da gusto ver el trigal
y en los prados las haciendas
son de tuitos por igual.
Allí se reparte el pan
como lo enseño Jesús
y los libros son los rayos
de un sol que a tuitos da luz.
Y los libros son los rayos
de un sol que a tuitos da luz.

Allí no existen gurises
desnudos pidiendo pan,
ni rancheríos, ni viejos
revisando el basural.
Ni ruletas, ni casinos,
ni concencias que comprar,
coimas, ni politiqueros,
el trabajo es la verdad.

tuitos un mesmo destino
y una mesma voluntad,
naides arriba ni abajo,
ni unos pocos y otros más.
Que dice que va pensar,
que tal vez tenga razón,
que si no hay un rumbo fijo
nunca va a salir de peón.
Bueno amigo, desencille
di un risuello al redomón
y piense que aquí esta orqueta
lo parte al camino en dos